
Con ese tanto de timidez, entrelazado de dulces párrafos entrecortados por silencios incómodos, no suficientemente grandes para molestarnos, se va armando la historia, cual telenovela de alto rating, que cuando uno cree que lo mejor vendrá, termina el capítulo y hay que esperar todo un día para ver si en realidad ocurre eso que uno espera, o si quizá, cambien súbitamente los hechos y suceda lo peor, lo menos querido, lo más desafiante.
Voy poniendo oportunidades contra la pared, para eliminar rápidamente las ideales, las evidentes y las aburridas, para cada tanto admirarme de mí misma, que teniendo todo, lo dejé ir.. ..
Quizá nunca tuve alguna cosa y no es nada más mi cabeza la que hace conjeturas erróneas, pretendiendo ser algo más, ilusionándose con que me viste especial frente a las demás. Aquí vamos, como tantas veces hubo, aunque sólo esta tan única, tan maravillosa, tan arrasadora, tan profunda que cala hasta los huesos, los escarba y se queda ahí. Lo traigo conmigo, no se va más.
Ya cuando esté cansada de este juego barato, diré que no hay nada ni nadie, quizá tome un trago y quede en suspenso hasta el día siguiente, donde aún no sé qué pasará. Vamos, que lo mejor es lo que llega de pronto. Y si no llega, a veces suena interesante ser la pobrecita de la historia, a tal punto, que podría ser el personaje principal.