A las nueve cuarenta y cinco

octubre 02, 2008

(...) Desde esa noche, siempre puse dos tacitas en la mesa. El café humeaba, mas nunca logró enfriarse. Tu demora no era suficiente, supongo. Siempre te preparaba el tazón más grande que hallaba en mi cocina; no podía evitar sentir que mientras más avanzaba la conversación, más cerca estabas de irte. ..Más lejos estarías de mí.
Nunca tardaste antes. Nunca he preparado un café más espeso que el de hoy.
Por favor, que no se enfríe.

1 rebobinaciones:

Cuando sea grande. dijo...

Uh! es que me gustó tanto oye. La gente importante suele llegar tarde en el momento menos indicado.

Te quiero bonita :)