(No)Me gusta el rojo

Llegaste con tu pelo aún húmedo, pero no me molestó. Al contrario, corría tanto viento que parecías recién salida del mar, como esa vez que fuimos juntas a Viña, para el año nuevo.
Traías puesto un suéter rojo, ideal para el otoño. ..No me gusta ese color, te dije.
Esa tarde fue espectacular. En el living, conversando, mirando videos, tan cerca del calor de la chimenea. ..Tan cerca de ti.
Esa tarde cambió muchas cosas.
Recuerdo tus mejillas sonrojadas con nuestros jugueteos y la conversación: Es el calor de la estufa, dijiste. No te creí, claro. A esa altura, no podíamos esconder nada. Era inútil, para qué.
Hice muchas excepciones; me adapté a muchas cosas, sólo para compartirlas, sólo para no tener motivos para irme de ti. Saboreé chocolates, desayunamos galletas y torta de mil hojas, cosas que sólo haría en casos especiales(mucho dulzor para mí); guardé en mi emepetrés tantas canciones, de esas que tú me enseñaste y que el tiempo hizo nuestras.
A la entrada del metro nos despedimos: No me gusta el rojo, pero en tu boca sí.
Y ese rojo de tu boca, se impregnó en la mía.